“God of War: Chains of Olympus”, el poder de los dioses en tu PSP
·Violencia de bolsillo
Ya lo he dicho en numerosas ocasiones, pero la PSP es una consola que sorprende. En primer lugar porque tiene unos títulos realmente increíbles para una portátil –como este “God of War: Chains of Olympus”–, aunque también lo hace cuando compruebo que en general las compañías no se están volcando en ella como es debido. Quizás sean las ventas, quizás sea el enfoque que se le ha dado como aparato multimedia, o que las desarrolladoras no han terminado por ver el potencial de este invento de Sony, pero es una pena que el catálogo de PSP no sea tan extenso como el de su competidora más directa.
Dejando aparte este tipo de polémicas, lo cierto es que cada vez que cae en mis manos un juego como este, no puedo evitar esbozar una sonrisa al pensar que no está todo perdido. Tanto si se ha disfrutado anteriormente de las entregas de PlayStation 2, como si Kratos es alguien nuevo para nosotros, este “God of War: Chains of Olympus” es toda una experiencia que no podemos dejar pasar, sobre todo si tenemos en cuenta la relativa sequía de títulos en la portátil.
Un poco de historia
El primer “God of War” llegó hace tres años, firmado por el relativamente desconocido estudio Santa Mónica, dentro de la propia Sony. Aunque habían estado involucrados indirectamente en varios desarrollos de la compañía, sólo habían lanzado un título a lo largo de su historia: “Kinética”, un peculiar arcade de conducción futurista. Este juego de finales de 2001, sin ser mediocre, no destacaba por nada en especial, aunque su motor gráfico era bastante eficiente, y ha dado vida a títulos como “Wipeout Fusion”, “The Getaway” o “SOCOM: U.S. Navy SEALS”. Sin embargo, mostró todo su potencial en los dos títulos de “God of War” para PlayStation 2.
El primer “God of War”, nos presenta a Kratos, un capitán espartano que evitó su muerte en una batalla perdida gracias a que ofreció su alma a Ares, el Dios de la guerra. Después de esto, tuvo que servir a este dios en numerosas afrentas, hasta que asesinó a su propia familia por un engaño de Ares. Después pasó a servir a los otros dioses griegos durante años, hasta que se cansó de redimir su pecado por esta vía, momento en el cual Atenea le ofrece el perdon si consigue detener a un descontrolado Ares.
De nosotros depende que Kratos consiga su objetivo, y para ello tenemos que derrotar a cientos de enemigos –algunos de ellos descomunales–, en una Grecia que se muestra más sangrienta y salvaje que nunca. El juego es una delicia, y a unos gráficos que nos hacen preguntarnos si estamos ante una consola muy superior, hay que sumar un apartado sonoro de gran factura y, sobre todo, una mecánica de juego muy bien diseñada, que recuerda bastante a juegos como “Rygar” o “Ninja Gaiden”. No en vano, se llevó docenas de premios en numerosos medios, y es catalogado como uno de los mejores títulos de PlayStation 2… junto a la secuela, que llegó dos años después.
Al comienzo de “God of War II”, Kratos se muestra como el dios de la guerra –un título que obtuvo al derrotar a Ares–, algo que no le dura mucho tiempo dado que no era bien recibido entre el resto de dioses del Olimpo. A lo largo del juego, debemos ayudar a Kratos a recuperar su trono, para lo cual debe enfrentarse contra criaturas aún más espectaculares, llegando a encararse con el mismísimo Zeus.
La mecánica de juego se mantiene casi intacta, aunque se hacen pequeñas mejoras en el control, y se añaden elementos como el Pegaso, que dan aún más variedad al juego. El resultado: un arcade frenético que demostró que PlayStation 2 todavía tenía mucho que decir.
Hace muchos, muchos años
Este juego de PSP es realmente una precuela del primer título de la saga, y se remonta diez años con respecto a los hechos que ocurren en el juego de PS2. Los dioses mandan a Kratos a defender la ciudad de Ática del imperio persa, algo que el protagonista hace con relativa facilidad, a la vez que nos sirve para irnos acostumbrando a los controles de esta versión portátil.
Después, observamos como el Sol cae sobre la tierra, y una vez que seguimos su rastro, Atenea nos desvela que Helios ha desaparecido, algo que Morfeo ha aprovechado para dormir a los dioses, y hacerse con el control del Olimpo. Aquí comienza realmente nuestra aventura, que nos llevará al mismísimo Hades, mientras nos abrimos paso destrozando medusas, minotauros y todo lo que se nos ponga por delante.
Gráficos celestiales
El estudio encargado de esta entrega portátil no ha sido el de Santa Mónica, sino que han sido los chicos de Ready at Dawn los que han demostrado su pericia con la PSP. Es una pena que hayan anunciado recientemente que van a dejar de desarrollar para ella, ya que el engine que crearon para el aclamado “Daxter” ha mejorado con el tiempo, y los resultados en este “God of War” son sencillamente apabullantes. El sistema de iluminación ayuda a dar vida a unos escenarios bastante extensos, y las escenas de acción –en las que no tenemos un momento de respiro– están adornadas con litros de sangre, desmembramientos y otros efectos que nos dejarán con la boca abierta.
La cámara está fija, pero no molesta en ningún momento, y en algunos momentos tiene la función de ayudarnos a apreciar mejor la magnitud de los escenarios. Lo único que se le puede echar en cara al juego, es que los enemigos a veces se hacen demasiado repetitivos, y por otra parte, el hecho de que la CPU corra a 333 MHz hace que la batería dure un suspiro, aunque esto es un mal menor si tenemos en cuenta el espectáculo que nos ofrece el título.
Descargando adrenalina
De nada nos serviría todo este poderío gráfico si luego el control no estuviese a la altura, pero afortunadamente ese no es el caso. A pesar de que la portátil no tiene tantos botones como un Dual Shock 2, los movimientos se han adaptado de una forma muy inteligente utilizando los gatillos. Realizar combos, agarrar a los enemigos, defenderse, esquivar o lanzar hechizos mágicos son tareas que se realizan con rapidez y facilidad, como requiere el juego. Eso sí, aunque a medida que avancemos iremos ganando armas más poderosas, cada vez nuestros enemigos serán más grandes y feroces, por lo que la aventura no va a ser precisamente un paseo.
Sin embargo, y como viene siendo costumbre, no todo es matar y demostrar nuestra fuerza. En ciertos puntos deberemos resolver algunos puzzles para avanzar, aunque también es cierto que para ello no tendremos que consultar una guía precisamente. Lo bueno es que sirven para relajar temporalmente nuestros dedos, y aportan un toque de variedad que se agradece. A esto le tenemos que sumar la posibilidad de encontrar cofres secretos, algo que equivale normalmente a un aumento de la cantidad máxima de salud y magia de nuestro (anti)héroe. Las clásicas orbes verdes –energía–, azules –magia– y rojas siguen estando presentes, y estas últimas son imprescindibles si queremos potenciar al máximo nuestras armas y hechizos.
Por cierto, si queremos aumentar nuestra colección de orbes rojas, lo mejor es acabar con nuestros enemigos con una secuencia especial. Algunos de ellos, cuando estén a punto de morir, tendrán un icono con un círculo –el botón para cogerlos– en la cabeza. Si nos acercamos a ellos y los cogemos, aparecerá una pequeña QTE aleatoria, en la que debemos completar una secuencia –ya sea pulsar un botón o realizar un movimiento con el stick analógico– dentro de un tiempo límite. Más vale que le cojamos el truco a esto, porque estas secuencias serán obligatorias para acabar con los jefes finales… aunque también hay que señalar que, desafortunadamente, este tipo de enfrentamientos no abunda a lo largo de la aventura.
Auriculares obligatorios
Si queremos disfrutar al máximo de nuestro tiempo junto a Kratos, es imprescindible hacerlo con unos auriculares puestos. La música sigue con el tono épico de las entregas de PS2, y los efectos de sonido ayudan a meternos de lleno en las batallas. Cada arma tiene su sonido particular, y da gusto comprobar como los golpes destrozan a nuestros enemigos. Mención especial para gritos de los pobres esclavos encadenados a los que podemos robar algo de energía 😉
Por otra parte, las voces están dobladas al castellano, aunque el protagonista ha perdido algo de fuerza en su voz con respecto a la versión original en inglés.
Conclusiones
No cabe duda de que este “God of War” es de lo mejorcito que se puede encontrar para la portátil de Sony. Eso sí, nada es perfecto. El juego es bastante corto –entre seis y siete horas, dependiendo de lo que nos guste encontrar secretos–, y también se echa en falta una historia más elaborada, aunque también es cierto que se presta a rejugarlo, para probar modos de difcultad extremos, y para disfrutar de las mejores armas desde el principio. Por otra parte, se echan en falta muchas habilidades de Kratos, así como algunas de las situaciones que se vivieron en las entregas de sobremesa, pero también es algo lógico teniendo en cuenta que estamos ante una precuela.
Sin embargo, no se puede negar que estamos ante uno de los mejores juegos del catálogo de PSP. Tanto por su apartado técnico, como por su desarrollo, que nos hacen olvidar que estamos jugando con una “simple” portátil. Espero que tomen nota otras compañías, y nos ofrezcan más experiencias como esta, porque la consola lo merece.
Lo mejor:
- El apartado técnico es brutal, en todos los sentidos.
- Muy rejugable, lo que extiende su duración.
- El control se ha adaptado perfectamente a las posibilidades de la PSP.
Lo peor:
- El modo principal es algo corto.
- Hay pocas batallas contra jefes descomunales.
- La historia no es tan buena como en otras entregas.