Ha llegado el verano, y con ello más tiempo libre… en teoría. No sé si habrá sido por el calor desmesurado de este año, pero el caso es que este mes he estado algo vaguete, ya que prácticamente no he jugado a nada. Aún así, he podido disfrutar de unas cuentas cosas…

Minions

Lo mejor de esta película es que me salió gratis verla con mi mujer y mis hijos, gracias a la FNAC. Organizaron un evento en Kinépolis el día siguiente al estreno con magos, figurantes, pintacaras y varias actividades previas a la proyección de la película, y la verdad es que nos lo pasamos estupendamente.

En cuanto a la película en sí, a mí particularmente me encanta el humor de las anteriores, así que me lo he pasado de fábula con estos orondos personajes amarillos. Es cierto que hay momentos más graciosos que otros, pero creo que mantiene un gran nivel y es perfecta para verla con niños.

Black Mirror

Tenía muchas ganas de ver esta miniserie británica, y la verdad es que ha cumplido con creces mis expectativas. Si bien hay algunos capítulos que brillan con más intensidad, todos invitan a la reflexión de cómo la tecnología afecta a nuestras vidas.

Eso sí, me ha parecido curioso que en casi todos hay una relación amorosa de por medio, que generalmente se suele torcer de una manera ciertamente irónica. Si no la habéis visto, ya estáis tardando en poner remedio.

Trilogía Evil Dead

Sí, a estas alturas todavía no había visto estas tres películas… y siendo duros y realistas, la verdad es que tampoco me había perdido gran cosa. Ahora ya me podéis tirar piedras.

De acuerdo, el presupuesto era muy ajustado y aún así se han creado momentos que se han copiado ad nauseam –y ahora “Cabin in the Woods” cobra mucho más sentido–, pero la cantidad de fallos de racord, situaciones absurdas y sobreactuaciones creo que supera lo admisible. Aunque, en cierta manera, tienen su encanto…

Inside Out (Del Revés)

También he quedado bastante decepcionado con la última obra de Pixar. Al igual que le ha pasado a un compañero de trabajo, he salido del cine con una sensación extraña, preguntándome si lo que acababa de ver me tenía que gustar.

Fui a verla con mis hijos y mis sobrinos –con edades comprendidas entre los tres y los doce años–, y creo que ninguno entendió gran cosa. Es una película tan técnica que se han olvidado de hacerla divertida. De hecho, creo que sólo me lo pasé bien con los créditos finales.

Shovel Knight

Todavía no he terminado este juego al 100%, pero puedo asegurar que es una de las experiencias más divertidas que he disfrutado en los últimos años. Muchas veces lo de usar gráficos y mecánicas de 8 bits es más una excusa para la vaguería que un recurso estilístico, pero en esta ocasión ayuda a perfilar un juego realmente redondo.

Me ha recordado a clásicos como “Mega Man” o “Wonder Boy”, y aún así han sabido dotar al título de una personalidad propia que seguramente será imitada en los próximos años. Imprescindible.

New Super Juegos

Después de algunas semanas, por fin he podido terminar el primer número de New Super Juegos. Y la verdad es que debo ser un viejuno, porque me lo he pasado infinitamente mejor leyendo la mitad retro que la actual, sobre todo por los reportajes. En general, los análisis –y las previews– son la parte más floja de la revista, algo que por otro lado tiene su lógica si tenemos en cuenta que es un producto destinado a nostálgicos.

No sé qué tal habrán ido las ventas –aunque siempre veo ejemplares a la venta en los kioskos–, si conseguirán publicidad, o si Zeta se animará a continuar con el proyecto, pero creo que este número ya es un hito en sí mismo.

The story of the Sinclair ZX Spectrum in pixels (Volume I)

Ya he podido leer este libro que se financió a través de Kickstarter, fruto del trabajo del prolífico Chris Wilkins que también ha creado los libros sobre Ocean y US Gold. En esta ocasión el trabajo es relativamente mediocre en comparación con los anteriores, y sólo entusiasmará a los fanáticos de este popular ordenador de origen británico.

La maquetación es algo pobre, sobre todo en las fichas de los juegos, y en general los textos son relativamente anodinos y poco inspirados, y sólo de vez en cuando aparece algún dato interesante y poco conocido. Únicamente para nostálgicos y coleccionistas.