Impresiones de “Dead Space”
·Las desventuras del pobre Isaac Clarke
“Dead Space” es uno de esos juegos que me llamó la atención desde que se anunció por primera vez, y por tanto he tratado de evitar informarme de los avances del mismo en la medida de lo posible, para intentar tener la mejor experiencia posible al jugar por primera vez. Aunque algunos detalles ya me los adelantaron en la presentación del juego, y tuve la desgracia de ver “Dead Space: Perdición”, la verdad es que es “aislamiento” mereció la pena, e intentaré que estas impresiones no contaminen vuestro primer acercamiento a esta producción de EA.
Lo primero que llama la atención del título, es la cantidad de guiños y referencias que hay a otras obras del género fantástico, así como a diversos juegos de todas las épocas. Si hemos visto “Alien”, “Horizonte Final”, o hemos jugado a “Resident Evil 4”, por poner algunos de los ejemplos más evidentes, habrá muchos detalles de “Dead Space” que nos arrancarán una sonrisa… aunque se borrará rápidamente de la boca cuando veamos que nos acecha un enemigo detrás de la siguiente esquina.
Y es que la gracia de “Dead Space” es la inquietud que nos invade al jugarlo, sobre todo si lo hacemos en difícil, y tenemos que aprovechar la munición al máximo. Como muchos ya sabréis, los enemigos no son los típicos que caen después de un disparo a la cabeza, sino que tendremos que desmembrarlos para que nos dejen en paz, aunque en algunas ocasiones sea más efectivo evitarlos que enfrentarnos directamente contra ellos. En cuanto a los combates, hay que señalar que la inteligencia artificial de los enemigos es bastante deficiente, y que muchas veces bastará con situarnos en algunos lugares “muertos”, o detrás de una puerta para que dejen de atacarnos, algo que resta tensión a los enfrentamientos.
Por otro lado, el protagonista irá adquiriendo algunas habilidades en los primeros niveles, que serán fundamentales para avanzar en algunas partes del juego. El número de puzzles no es elevado, pero ayudan a dar algo de variedad entre combate y combate. También hay que destacar que nunca nos sentiremos perdidos, ya que el juego es completamente lineal, y encima al pulsar un botón se nos muestra el camino hacia el siguiente objetivo, evitando de esta manera que tengamos que usar alguna guía para ver el final.
En este sentido, da gusto ver como los chicos de EA han implementado todo el interfaz del juego sin necesidad de indicadores intrusivos en pantalla, utilizando los recursos de la armadura del protagonista para mostrar el inventario, la energía que nos queda, o los mensajes que encontremos o recibamos, al más puro estilo “Bioshock”. Todo un acierto que ayuda que la experiencia sea lo más auténtica posible.
A esto también ayudan los efectos de luz y el sonido, que además de tener un gran nivel, están diseñados para que la tensión sea permanente. Además, muchas veces veremos alguna sombra sospechosa o escucharemos un sonido que nos pondrá alerta, y todo está pensado para que cuando bajemos la guardia, aparezcan alrededor nuestro algunos “simpáticos” enemigos. La pega es que, al igual que en otros juegos como “Half Life 2”, los eventos están prefijados, y por tanto la segunda vez que juguemos pocas cosas nos pillarán por sorpresa.
En definitiva, estamos ante un gran juego, que demuestra que no está todo dicho en el mundillo. No obstante, no está exento de fallos, y la duración del mismo tampoco es demasiado elevada. Sin embargo, es un título que merece ser jugado al menos una vez, y demuestra que EA está apostando fuerte por nuevas ideas. La pregunta que debes hacerte es… ¿tienes lo que hay que tener para enfrentarte a “Dead Space” a oscuras, y con el volumen a tope? 😉