El primer “Far Cry”, publicado hace algo más de cuatro años, fue una de las mejores muestras de lo que era capaz de ofrecer un juego para PC en aquella época. Los chicos de Crytek crearon un shooter en primera persona con toques fantásticos y una dificultad algo elevada. Además, contaba con un apartado técnico realmente envidiable –algo que se perdió en parte en su paso a consolas–, y cierta libertad a la hora de avanzar, pero sin llegar a ser un juego tipo sandbox.

Cuando los alemanes dejaron las filas de Ubisoft y pasaron a estar bajo la tutela de EA –creando así la genial saga “Crysis”–, la compañía francesa se quedó con la licencia de “Far Cry”, y los estudios de Montreal empezaron a diseñar la secuela. A diferencia de la primera parte, que transcurría en una isla tropical, en esta continuación pasamos a los terrenos áridos de África, y el protagonista deja de ser el “especial” Jack Carver –que no era especialmente popular entre los jugadores–, para pasar a ser uno de los nueve mercenarios que podemos escoger al inicio, que para más inri contrae la malaria al principio de la historia. ¿Qué tal le habrán sentado estos cambios a la saga?

África se extiende ante tus ojos

Lo primero que nos llama la atención del juego –al menos después de terminar el largo tutorial que nos espera al inicio–, es el inmenso mundo que tenemos ante nosotros. Se han recreado unos 50 km2 de terreno africano, con aldeas, ríos, todo tipo de vegetación, y terrenos dejados de la mano de Dios, todo ello con una gama de colores algo irreal, pero bastante acertada en mi opinión. Todo esto constituye un logro en sí mismo, y más cuando tenemos en cuenta que una gran cantidad de los objetos del escenario son destruibles, se puede entrar en muchas edificaciones –aunque algunas están cerradas a cal y canto–, y las cargas son casi imperceptibles –al menos en la versión de 360–, aunque en alguna ocasión producen algún que otro tirón.

Otro punto positivo es el paso del tiempo, que podemos utilizar a nuestro favor para hacer infiltraciones nocturnas, y que se controla a placer al dormir en las camas de lugares que hayamos “despejado”. Por otro lado, y como ya indiqué cuando hablé de los Ubi Days, el fuego es impresionante, así como los detalles de las explosiones, y la fauna característica del lugar. Como pequeños puntos negativos, comentar el popping que se puede observar cuando vamos con un vehículo rápido, o la baja calidad de algunas texturas, unos detalles que son perdonables si tenemos en cuenta todo lo anterior.

Sonido salvaje

A lo largo del juego generalmente escucharemos sonidos ambientales, y la música sólamente aparece cuando estemos en medio de una batalla. Las melodías no son precisamente memorables, pero sirven para lo que están diseñadas: para meternos en acción. Además, no resultan repetitivas, y no se ha abusado de las típicas percusiones a las que estamos acostumbrados en las producciones ambientadas en el continente vecino.

En cuanto a las voces de los personajes, tenemos una de cal y otra de arena. Por un lado, se agradece que el juego esté completamente localizado al castellano de una manera notable –escuchar algunas conversaciones de ciertos personajes no tiene precio–, pero lo malo es que se ha perdido toda la variedad de acentos que se puede disfrutar en el doblaje original.

Prepárate a viajar

Aunque el núcleo principal del juego siga siendo acabar de cualquier forma con nuestros enemigos, una gran parte del mismo nos la pasaremos yendo de un sitio a otro en busca de nuevos objetivos. Si bien es cierto que de vez en cuando nos encontraremos en el camino con diversos enemigos que intentarán acabar con nosotros a toda costa, muchas veces estaremos más pendientes del mapa o del GPS que de nuestro arma.

Por otro lado, no estaremos solos en nuestra cruzada contra “El Chacal”, y algunos personajes pasarán a ser amigos nuestros a lo largo de nuestra aventura. En algunas ocasiones nos echarán una mano cuando caigamos abatidos, y en otras nos ofrecerán vías alternativas para cumplir las distintas misiones que tenemos por delante, lo cual aporta algo más de rejugabilidad a un título que ya de por sí es largo.

En cuanto a las partes en las que tenemos que cruzar las balas con nuestros enemigos –los cuales por cierto no tienen una IA demasiado espectacular–, hay que señalar que el control es bastante acertado, y que incluye novedades como el hecho de que algunas armas se atasquen, que nuestra vida estará afectada por la malaria, o que cuando estemos bajos de energía tendremos que quitarnos metralla del cuerpo o hacer curaciones “in extremis”. Detalles que demuestran que se ha querido hacer algo diferente a lo que hemos visto hasta ahora en el género.

Conclusiones

“Far Cry 2” puede ser visto de dos formas. Por un lado, el concepto de libertad está bien implementado, y el hecho de que transcurra en un lugar tan exótico como el continente africano le da un toque especial al juego. Además, a la campaña principal hay que añadir otros modos multijugador que hacen que la duración sea más elevada de lo que estamos acostumbrados, con un completo editor de mapas incluído.

Por otro lado, a cierto tipo de personas se les hará pesado el hecho de tener que ir de un sitio a otro constantemente, al igual que les pasó a muchos con “The Legend of Zelda: The Wind Waker”, y echarán de menos la acción más directa que suele ser característica en un juego de este tipo. En cualquier caso, para saber de que lado estás, lo mejor es que pruebes este “Far Cry 2”, que está disponible para PC, PlayStation 3 y Xbox 360.

Lo mejor:

• El entorno abierto, y la libertad que tenemos para avanzar en el juego.
• Las posibilidades estratégicas que da el uso del fuego.
• El juego es bastante largo, y se complementa con los modos on-line.

Lo peor:

• Puede acabar haciéndose algo tedioso el hecho de viajar entre ciertos lugares.
• El motor gráfico es bueno, pero también tiene sus defectos.
• La IA de los enemigos podía haber estado más elaborada.