Barcelona
·De visita en la ciudad condal
Como ya dije este domingo, la semana pasada estuvimos unos días en Barcelona. Es curioso que, a pesar de haber hecho escapadas más largas en numerosas ocasiones, nunca hubiésemos visitado la ciudad condal, pero aprovechando unas vacaciones, decidimos poner remedio a esa falta 😉
La verdad es que la estancia fue muy agradable, y se nos pasó volando, ya que nos ha encantado prácticamente todo en Barcelona. El primer día estuvimos visitando la Sagrada Familia, una iglesia que está en eterna construcción, pero que aún así tiene una belleza especial, gracias a las geniales ideas de Antoni Gaudí, y de los arquitectos que le han ido sucediendo.
Después de comer, fuimos dando un paseo hasta el Passeig de Gràcia, para ver esta parte de la ciudad, y las otras obras de Gaudí. Tanto La Pedrera como la Casa Batlló son sencillamente geniales, y demuestran que este catalán estuvo adelantado a su tiempo.
Para rematar el día, pasamos la tarde en el Parc Güell, en el que te espera una sorpresa en cada esquina… aunque esto no sería del todo correcto, ya que llama la atención la gran cantidad de líneas curvas que definen al parque.
El día siguiente estuvo dedicado casi totalmente a visitar el Monasterio de Montserrat, y los alrededores. El templo es precioso, y se funde perfectamente con la montaña. Después de presentar nuestros respetos a La Moreneta, tomamos los funiculares para ver la Santa Cova, y la ermita de San Juan. La pena es que hubo bastante niebla cuando subimos, y nos perdimos gran parte de las vistas.
Esa noche quedamos con Dandel y con Cristina, que nos llevaron a dar una vuelta por las Ramblas, y por el Raval. Después de la cena, tomamos algo en el pintoresco “Bosc de les Fades”, y terminamos la velada con un paseo por el puerto.
Al día siguiente volvimos a recorrer el Barrio Gótico, dado un pequeño repaso a todo lo que le caracteriza. La verdad es que en fin de semana esta zona brilla con luz propia, y merece la pena perderse por sus calles.
Por la tarde estuvimos en el Japan Weekend, y luego bajamos por Montjuïc hasta la Plaça d’Espanya. Tuvimos la suerte de ver las fuentes en funcionamiento, y el contraste con el Museu Nacional d’Art de Catalunya era sencillamente espectacular.
Desgraciadamente nos tuvimos que volver al día siguiente por la mañana, aunque la ciudad nos despidió con una llamativa exposición de coches antiguos:
Personalmente, he tenido la suerte de poder visitar algunas ciudades importantes como Roma, Londres o París, pero, de momento, sólo habría dos que cambiaría por Madrid. La primera sería Tokyo, que me enamoró completamente, y la segunda sería sin duda Barcelona.
¡Hasta pronto, Barna!