Aún recuerdo los sustos que nos dieron los zombies de “28 Días Después” hace casi cuatro años, en una película que rompía con algunas leyes no escritas del género, y que nos mostraba a unos seres realmente temibles y sedientos de sangre. La película de Danny Boyle pedía a gritos una continuación, y ha llegado de las manos del canario Juan Carlos Fresnadillo.

Afortunadamente, el resultado ha cumplido todas las expectativas, y yo diría incluso que las ha superado con creces. Casi desde el primer minuto estamos pegados al asiento, y aunque a veces se abusa del susto fácil, hay que admitir que la película está llena de buenas ideas. Me encanta la forma en la que se produce el nuevo contagio, la brutalidad de algunas escenas –lo del helicóptero es genial–, y la sensación de angustia que tiene la parte final.

El reparto es bastante bueno, destacando especialmente al “Full Monty” Robert Carlyle, una atractiva Rose Byrne, y unos niños realmente prometedores. La cantidad de extras es realmente grande, como pide el género, y las escenas en las que tienen que mostrar el miedo y la angustia ante una muerte segura están realmente logradas en este sentido.

También resultó curioso ver zonas famosas de Londres por las que hemos pasado hace unos meses mi mujer y yo, y la verdad es que da que pensar lo que pasaría si en verdad hubiese una plaga similar a la de la peli. Realmente, no somos nadie…