Videojuegos de Tintín
·El periodista salta a la pequeña pantalla
Aunque mucha gente prefiere leer las aventuras de “Astérix”, a mi particularmente siempre me ha gustado más pasearme por las páginas de “Tintín”. El personaje creado por Georges Remi –más conocido por el seudónimo de Hergé– me parece fascinante, y la verdad es que me sorprende que no haya sido muy explotado en el mundo de los videojuegos, ya que creo que aún hoy en día tiene un tirón enorme.
Aprovechando que hace unos días fue su octagésimo cumpleaños –su primera tira apareció el 10 de enero de 1929–, he escrito este pequeño reportaje que repasa los cuatro juegos que ha protagonizado Tintín, así como algunas curiosidades relacionadas con estos títulos, y los álbumes en los que están basados. ¿Empezamos?
Tintín en la Luna
El primer juego del periodista belga más famoso de todos los tiempos llegó en 1989, con un lanzamiento múltiple para Spectrum, Amstrad CPC, Commodore 64, Amiga, Atari ST y PC (MS-DOS). Como el resto de los juegos que salen en este artículo, fue publicado por la compañía francesa Infogrames –la más potente en su país por aquella época–, y este en particular fue desarrollado por Probe Software.
El desarrollo era bastante sencillo, y ciertamente monótono, ya que se dividía básicamente en dos tipos de fases que se repetían en varias ocasiones. En las primeras, tomábamos los controles de la nave, y teníamos que hacer acopio de combustible (esferas rojas) y energía (esferas amarillas), a medida que esquivábamos asteroides. En las otras, debíamos evitar los planes de sabotaje del Coronel Boris, apagando incendios, liberando a nuestros compañeros, y desactivando bombas para poder pasar al siguiente nivel. La última prueba consistía en conseguir aterrizar la nave al más puro estilo “Lunar Lander”, tras lo cual veíamos aparecer los créditos del juego.
Estaba basado en los hechos ocurridos entre “Objetivo la Luna” y “Aterrizaje en la Luna”, y la verdad es que con todo el material que tenían a su disposición, supo a poco a todos los fans… a no ser que fuesen acérrimos hasta la médula 😉
Como dato curioso, dos años después salió una versión en cartucho para la gama Plus de Amstrad CPC, y la poco conocida consola GX4000 de la misma compañía, aunque –salvo la pantalla inicial– era un calco de la versión lanzada originalmente en este ordenador.
Tintín en el Tibet
Este juego, basado en el álbum homónimo, salió al mercado en 1996 para varias plataformas: Game Boy, Game Gear, Mega Drive, Super Nintendo y PC (MS-DOS y Windows), siendo relanzado cinco años después para Game Boy Color.
El argumento se toma ciertas licencias con respecto original, pero salen bastantes localizaciones del cómic, incluyendo también una escena de “El Loto Azul” en la que el protagonista conoce a Tchang. Recordemos que en esta aventura, Tintíndecide ir a Nepal en busca de su amigo chino, después de enterarse que éste se ha visto envuelto en un accidente mortal, y tener el presentimiento de que por alguna razón sigue vivo.
De esta manera, se nos presenta un juego de plataformas de lo más clásico, combinado con algunos minijuegos en distintas perspectivas, y todo ello aderezado con un control demasiado exigente. De hecho, en muchos momentos nos entrarán ganas de estampar el pad contra el suelo, al comprobar que el juego requiere más memoria que reflejos, ya que algunos objetos y enemigos intentarán que nuestra energía disminuya a traición… y eso cuando no nos quedamos sin tiempo.
Aunque existen algunos detalles curiosos, como el cambio de plano, y el apartado gráfico respeta bastante la “línea clara” que caracterizaba el estilo de Hergé, veremos unas animaciones algo toscas, y las melodías terminan por hacerse repetitivas… sobre todo después de tener que intentar los niveles una y otra vez.
En definitiva, un título que podía haber sido mucho más entretenido, y que sólo disfrutarán a tope los aficionados al cómic. Personalmente, encuentro mucho más entretenidas las versiones portátiles, que tienen una mecánica mucho más clásica, y que recompensan mucho más nuestra pericia con los pulgares que nuestra persistencia.
Las Aventuras de Tintín: El Templo del Sol
Este juego fue lanzado un año más tarde que el anterior, pero sólo en Super Nintendo y PC (MS-DOS y Windows), y posteriormente se hizo una versión en el año 2000 para Game Boy Color.
El argumento está basado en el álbum del mismo título y en “Las Siete Bolas de Cristal”, y tenemos ante nosotros un juego bastante semejante al anterior, ya que el motor es prácticamente idéntico. Aunque se introdujeron algunas mejoras en el salto y la posibilidad de controlar ocasionalmente al Capitán Haddock, el desarrollo de las fases es muy similar, con la diferencia de que esta vez no salvaremos a Tchang, sino que debemos rescatar a Tornasol –que ha sido raptado por haberse atrevido a ponerse la pulsera de la momia inca Rascar Capac–, y ayudar a unos científicos a recuperarse de una misteriosa maldición inca…
Como el anterior, realmente no está nada mal, pero no resulta muy recomendable a aquellos a los que les desesperen los saltos medidos al milímetro y los enemigos traicioneros…
Tintín: Destination Adventure
Este fue el último juego publicado, y se hizo en 2001 para PlayStation y PC (Windows). Está basado en varios álbumes, que son, por orden de publicación: “La Isla Negra”, “El Tesoro de Rackham el Rojo”, “El País del Oro Negro”, “Aterrizaje en la Luna” y “Vuelo 714 para Sidney”.
Como podéis adivinar después de ver este trailer, efectivamente el juego hizo que el pobre Hergé se revolviera en su tumba. A una presentación terrible, y a un uso horroroso de las 3D, tenemos que sumar unos niveles poco inspirados que se basan en eventos clave de los cómics señalados anteriormente. Tanto cuando tenemos que controlar a Tintín –o Milú–, como cuando manejamos uno de los distintos vehículos, nos invade una sensación de aburrimiento terrible, a pesar de todos los guiños a la saga.
Es una pena que los juegos de Tintin hayan acabado con esta entrega, aunque quizás es lo mejor para el periodista belga…
Curiosidades
-
Las versiones portátiles de “Tintín en el Tibet” y “Las Aventuras de Tintín: El Templo del Sol” fueron programadas por Bit Managers –ahora Virtual Toys–, el estudio español que normalmente sacaba las castañas del fuego a Infogrames, lo que explica en parte que sean bastante más interesantes que las versiones de sobremesa.
-
Las ediciones de 8 bits de “Tintín en la Luna” fueron diseñadas y desarrolladas por Nick Bruty y David Perry, dos auténticas máquinas que trabajarían juntos en joyitas como “Dan Dare III”, “Earthworm Jim” o “MDK”, por poner unos ejemplos. Lástima que en el juego que nos ocupa no tuvieran tanta sinergia…
-
Aunque ahora un viaje a la Luna nos parece algo “normal” –bueno, no a todos–, hay que tener en cuenta que los álbumes “Objetivo: la Luna” y “Aterrizaje en la Luna” se publicaron a principios de los cincuenta, y la misión del Apolo 11 llegó a nuestro satélite vecino en el verano de 1969.
Además de ser un visionario, creo que Hergé tenía mucho mejor gusto que los ingenieros de la NASA…
-
Las aventuras de Tintín transcurren a lo largo y ancho del mundo, pero Hergé apenas viajó durante su etapa de dibujante. Este dato es ciertamente chocante, y más en una época en la que la información no estaba tan accesible gracias a Internet. Sin embargo, se supo valer de reportajes de la revista National Geographic, recortes de periódicos, y un sinfín de material que fue recopilando, para que las aventuras de su carismático personaje fuesen lo más verosímiles posible.
-
A pesar de este esfuerzo, algunos datos que vemos en las páginas de sus cómics no son precisamente factibles. Por ejemplo, en “El Templo del Sol” los protagonistas se salvan de una ejecución gracias a que Tintín sabía la fecha en la que se iba a producir un eclipse.
De acuerdo con lo que sabemos hoy en día, los incas eran grandes conocedores de este tipo de fenómenos astronómicos, por lo que el eclipse difícilmente les cogería por sorpresa.
-
La historia de como conoce Tintín a su amigo chino, y de su reencuentro en las lejanas tierras del Nepal en “Tintín en el Tibet” tiene un curioso paralelismo con la vida real. Hergé conoció de joven a un escultor llamado Tchang Tchong-Jen, el cual hizo que el belga desarrollara una pasión por la cultura china, que se reflejaría en “El Loto Azul”.
Hergé y Tchang perdieron el contacto, pero por casualidades de la vida, a mediados de los setenta intercambian algunas cartas, y dos años antes de la muerte del dibujante vuelven a verse en persona, con un emotivo reencuentro ante la prensa.
Conclusiones
A pesar de que los juegos de Tintín no son rematadamente malos, no llegan ni por asomo a la calidad de los cómics en los que se basan. La verdad es que me da bastante pena, más que nada por las posibilidades que podrían dar los viajes de este peculiar periodista. ¿Os imagináis una aventura gráfica al más puro estilo “Indiana Jones”? Seguro que el resultado habría sido mucho mejor que el que hemos visto.
Lo que más miedo me da es lo que puede salir con los derechos que ha comprado Spielberg para hacer una trilogía en el cine, tanto por las películas en sí –"Tintín: Destination Adventure" ya demostró que salir de las 2D no le sentaba nada bien a la obra de Hergé–, como por las posibles versiones en forma de videojuego. Esperemos que tenga que comerme estas palabras…