Reflexiones en voz alta: “Y el mensajero murió…”
·Los blogs de videojuegos a examen
Creo que Mr. Pink es brujo, o algo parecido. Hace unos días, mientras charlábamos en la GAMEFEST, me comentaba que los PR de las compañías debían dar a los medios toda la información posible –así como facilitar la realización de entrevistas–, pero que eso de dar promos a diestro y siniestro lo único que conseguía era que apareciesen cada vez más “blogs basura”, cuyo único fin era conseguir juegos gratis. Dos días después, en la última conferencia organizada por Gamelab –llamada “No maten al mensajero”–, se denunciaba precisamente la gran cantidad de este tipo de blogs, y el mal que hacían a la industria…
Aunque en esto estoy de acuerdo con Pink y con los ponentes, también es cierto que en esa mesa redonda se comentaron auténticas barbaridades. Por ejemplo, se afirmó que prácticamente era imprescindible tener la carrera de periodismo para escribir con propiedad sobre videojuegos. Se supone que esa titulación te capacita para comunicar cualquier cosa con el máximo rigor posible, te enseñan a documentarte como es debido, y a saber conseguir las mejores fuentes de información… pero para saber hablar sobre videojuegos, creo que los verdaderos requisitos son haber jugado durante muchos años, y saber expresarte con un mínimo de claridad.
Por otro lado, aunque se demoniza en exceso a los blogs, hay que tener claro que estos no son más que una herramienta. Está claro que cualquiera con acceso a Internet puede abrir uno gratuitamente, y publicar cualquier cosa que se le pase por la cabeza, pero gente sin talento hay en todos los medios, incluyendo a la prensa escrita y a la televisión. En cualquier caso, creo que es labor del propio “consumidor” el actuar como filtro para saber qué contenidos son de calidad y cuáles no, independientemente de si están en un blog, en un programa de televisión, o en una revista.
Sin embargo, resulta muy curioso contemplar esta peculiar caza de brujas, porque significa que los medios tradicionales se ven amenazados por otros más humildes, pero quizás más cercanos con el usuario final. Además, creo que el problema real de los “grandes medios” no es la gran cantidad de blogs “malos” –como nos han hecho creer–, sino precisamente todo lo contrario. Por fortuna, hay bastantes blogs con gente muy preparada –y con diversa formación, todo sea dicho–, que demuestran que la calidad no está reñida con la “profesionalidad”.
Admitámoslo, esto no es como confiar en un amigo para que te haga una operación quirúrgica, o para que te aconseje sobre como invertir en Bolsa, no hay que olvidar que estamos hablando de ocio… eso sí, un ocio que mueve mucho dinero. Y teniendo en cuenta este detalle, lo más importante es saber si vamos a gastar nuestro dinero en divertirnos, o si vamos a encontrarnos con un bodrio en el que se ha invertido un presupuesto desorbitado. Por norma general, me fiaré mucho más de la opinión de alguien que ha pagado el juego de su bolsillo, que en la de otra persona que quizás ha estado más informada del proceso creativo, y que luego ha recibido en su mesa el título en cuestión para comentarlo.
En este sentido, me hicieron mucha gracia los comentarios vertidos por David Martínez, redactor jefe de Hobby Consolas. Según él, el hecho de que detrás de cada título haya un gran equipo, y que se haya invertido una gran cantidad de tiempo y dinero en su desarrollo, es prácticamente una garantía de que el juego no puede ser malo. Sinceramente, a mi me da igual que un juego tenga unas cinemáticas impresionantes, un doblaje de película, o una banda sonora de lujo, si luego todo eso se va al traste por algo tan básico como un sistema de control pésimo, o una mecánica de juego anodina y repetitiva. Las compañías saben perfectamente que sacan juegos mejores y peores al mercado, y si no se critican duramente los mediocres, parece que “todo vale”.
Otro detalle feo de este personaje, fue el de sugerir que en su revista podían ofrecer exclusivas de calidad, y que los blogs no podían aspirar tan alto. Señor Martínez, me atrevería a decir que un buen artículo no está tan condicionado con las fuentes que se puedan tener –léase contactos con las compañías para tener acceso a información privilegiada–, como por la línea editorial del medio en el que se escribe. Personalmente, me resulta mucho más interesante un artículo sin cortapisas morales, maduro y reflexivo sobre un tema, que otro en el que se da mucha más importancia al material visual que al texto… que, por otra parte, suele ser desapasionado y aséptico.
En definitiva, creo que en esta industria hace falta algo más de autocrítica a todos los niveles, y hay que dejar de atacar compulsivamente a los blogs, aduciendo que lo único que hacen es dañar la imagen del sector. El hecho de tener una carrera, o de trabajar en un medio “tradicional” no le convierte automáticamente a uno en profesional, eso es algo que debe demostrar día a día con su trabajo, tanto si está remunerado, como si se hace por amor al arte.