Si hay una cosa que me da rabia en el panorama actual de los videojuegos es cómo puntúan los medios especializados a los juegos, sobre todo ciertas revistas.

Por poner un ejemplo, en cualquier número de Hobby Consolas la nota media está en torno a un 8 –olvidándonos de porcentajes–, aunque algún mes puede llegar a estar en un 9 si los títulos “lo merecen”. Una nota por debajo de 5 es prácticamente inexistente, con lo que podríamos deducir que no hay casi ningún juego malo, cuando es evidente que esto no es cierto. ¿Acaso los que analizan los juegos son muy benevolentes?

Desafortunadamente, no es un caso aislado, y ni siquiera es algo que ocurra sólo en España. Sólo hay que darse una vuelta por Game Rankings y hacer una búsqueda de los cien peores: los últimos empiezan a aprobar. Si tenemos en cuenta que tienen más de 20.000 juegos en la base de datos, da que pensar.

Quizás pueda ser que se ha cambiado el rasero cuando se analizan juegos. Ahora, si vemos una nota de 6 algún fusible se conecta en nuestra mente de manera que lo asociamos con un juego malo. Ojalá ese mismo 6 estuviese en el resultado de algunos exámenes, porque se traduciría en el clásico “Bien”.

Personalmente siempre me he sentido incapaz de puntuar a un juego, y es algo que le dije a Miguel cuando empecé a colaborar con Nebulared. Creo que con un buen artículo en el que se detallen los todos los aspectos del juego, el lector debería hacerse una idea de si es bueno o malo. Por eso no veréis nunca una nota en los artículos de este humilde blog, y me costó horrores puntuar el “Sonic Rush”, lo que ha hecho que no analice juegos durante un tiempo.

Si ya me parece difícil puntuar, lo que riza el rizo es cuando deciden que son capaces de poner decimales. ¿Quién se ve capaz de poner un 94 y no un 95 a los gráficos de un buen juego?. ¿Qué criterio se puede aplicar para decir que la “jugabilidad” –un término que siempre me ha hecho mucha gracia– de cierto título es de 84? Me gustaría que alguien me explicase cómo se puede puntuar de manera tan exacta.

En otras revistas ocurre otro caso que aún es más gracioso, ya que ponen a caldo un juego, demuestran sus fallos y el tono general de la reseña es negativo, y luego le plantan una nota que no baja de 70. ¿Acaso es esto coherente? Quizás estoy equivocado, pero todo parece un complot de las compañías de videojuegos para poder poner una pegatina en la carátula con el fin de “demostrar” a los compradores lo bueno que es el juego.

Por fortuna, todavía quedan medios como Nebulared o EDGE –aunque también está empezando a degenerar–, que no se cortan un un pelo para poner una nota por debajo de cinco a ciertos juegos, independientemente de “su nombre”. Y si un juego es simplemente notable, le ponen un 7, algo que equivaldría a decir que es mediocre en otras publicaciones. Esperemos que el sentido común y el buen criterio no desaparezcan en esta industria.