La evolución de los juegos musicales
·Un género que ha tenido algunos hitos importantes
Hoy en día los juegos musicales están de moda. En muchos centros comerciales, hay una sección especial para las decenas de “Singstar” que ha sacado Sony, las múltiples ediciones de los últimos “Guitar Hero” y “Rock Band” y sus voluminosos instrumentos, y los incontables títulos basados en musicales de Disney. Sin embargo, los juegos musicales van mucho más allá de los karaokes, las guitarras y las baterías, aunque el mercado actual nos haga pensar lo contrario. Vamos a dar un pequeño repaso a algunos de los títulos más destacados de este original género, para ver las innovaciones que se han ido sucediendo a lo largo de todos estos años.
Juegos experimentales
Los primeros ordenadores y consolas no estaban limitados únicamente en temas gráficos, sino también en las capacidades para reproducir sonidos complejos. Una de las primeras máquinas en tener un chip de sonido decente fue el Commodore 64, que incluía en sus entrañas el famoso y potente SID… al menos para su época. Jamon Lanier, un artista que más tarde exploró las posibilidades de la realidad virtual, aprovechó este integrado en “Moondust”, un título difícil de clasificar… juzgadlo vosotros mismos:
Algo más clásico fue “Otocky” un juego de Famicom Disk System diseñado por el también artista Toshio Iwai. En este título controlamos una nave que dispara notas en ocho direcciones, alterando la música a medida que vamos jugando…
¿No os suena esto de algo? Efectivamente, “Otocky” se puede considerar el precursor de “Rez”, de Tetsuya Mizuguchi. En esta ocasión los entornos son más futuristas y la mecánica similar a los “Panzer Dragoon”, pero no se puede negar la influencia del juego de Iwai. Eso sí, en esta ocasión la experiencia va mucho más allá gracias al Trance Vibrator 😉
Toshio Iwai volvió a la carga con “Electroplankton” en Nintendo DS, un título de esos que no te deja indiferente. Mediante la manipulación de unos simpáticos seres y su entorno, somos capaces de crear melodías y sonidos relajantes… y extraños, porqué no decirlo.
Por último, me gustaría hacer una breve reseña de “Real Sound: Kaze no Regret”, una aventura del peculiar Kenji Eno que si bien no es precisamente musical, aprovecha el apartado sonoro como ningún otro juego. De hecho, en su versión original para Saturn no tiene gráficos, y se juega exclusivamente con el sonido. En la reedición para Dreamcast decidieron usar alguna que otra imagen relajante, pero al estar diseñado para gente ciega, esto no deja de ser anecdótico. Para variar, se quedó en Japón…
Demostrando el ritmo
Posiblemente si os hablo de memoria eidética os suene a chino, pero es la capacidad que tenemos para recordar imágenes y sonidos durante un breve lapso de tiempo. Para poner un ejemplo, este tipo de memoria es la que se ejercita cuando nos ponemos delante del clásico juego “Simon”, que como dato curioso, está creado por Howard Morrison y Ralph Baer, siendo éste último uno de los padres de los videojuegos.
Los juegos que se basan en esta mecánica son bastantes, siendo Masaya Matsuura uno de los pioneros en este campo con los títulos “Parappa the Rapper” y “Um Jammer Lammy”. Estos juegos no sólo combinan el encanto de los diseños de Rodney Alan Greenblat con unas melodías geniales, sino que resultan tremendamente divertidos y accesibles… a pesar de requerir algunas combinaciones de botones algo complejas en algunas ocasiones.
Siguiendo la estela de la obras de Matsuura, tenemos los “Space Channel 5” realizados por Tetsuya Mizuguchi y el equipo de United Game Artists. Como dato curioso, en la segunda parte aparece el tristemente difunto Michael Jackson, con un atuendo futurista bastante simpático 😄
Para mi, los reyes de este particular subgénero son los chicos del equipo Software Planning & Development Design de Nintendo, ya que han parido las dos entregas de “Rhythm Tengoku”, unos juegos minimalistas que demuestran que los juegos más divertidos no tienen que ser los más punteros tecnológicamente:
En Nintendo DS también tenemos varias entregas de “Osu! Tatakae! Ouendan!” –incluyendo su versión occidental, “Elite Beat Agents”–, unos juegos que aprovechan la pantalla táctil de la consola como pocos, y que enganchan gracias a sus canciones pegadizas, y el humor que destila cada una de las aventuras que vivimos con los protagonistas. Por cierto, hay un clon gratuito para PC que tiene muy buena pinta…
Voy a cerrar este subgénero con el reciente “Hatsune Miku: Project DIVA”, un juego de SEGA para PSP creado a partir de la moda de la idol virtual japonesa Hatsune Miku, que ganó popularidad gracias a un software de síntesis de voz de Yamaha llamado Vocaloid. ¿Una vuelta a los viejos –y buenos- tiempos de la compañía?
Los periféricos entran en escena
Si los juegos musicales son divertidos sin necesidad de mandos adicionales, el hecho de contar con una guitarra, un tambor, o una pista de baile hace que el cachondeo se multiplique, especialmente si jugamos con otras personas. Konami fue la que dio el pelotazo en este sentido –en concreto su división Bemani–, ya que a mediados de los 90 sacaron al mercado numerosas entregas de “Beatmania”, “Dance Dance Revolution”, “Pop’n Music”, “Guitar Freaks”, “Drummania”, “Keyboardmania”, “ParaParaParadise”, entre otras sagas musicales. Casi siempre han llegado primero a los arcades, y posteriormente a varios sistemas domésticos.
El resto de compañías no han tardado en subirse al carro, con algunos lanzamientos realmente curiosos. SEGA usó unas maracas virtuales para los simpáticos “Samba de Amigo”, Nintendo ha hecho bailar a sus monos a ritmo de bongós con “Donkey Konga”, y Taito ha producido los geniales “Taiko no Tatsujin”, que ilustran la cabecera de este artículo:
Hace cinco años, Sony dio el pelotazo con “SingStar” una saga de juegos de karaoke con incontables entregas, responsable de una gran parte de las ventas de sus consolas entre el público “casual”. Sin embargo, no se puede hablar de pelotazos sin nombrar a “Guitar Hero”, los juegos que más dinero han hecho ganar a Activision en los últimos años, a pesar de no innovar demasiado sobre la fórmula de Konami con sus “Guitar Freaks”.
Electronic Arts no se quedó con los brazos cruzados, y desde hace un par de años ha sacado ya tres entregas de “Rock Band” –junto con la peculiar entrega de PSP–, estando el último de ellos orientado a los fans de los Beatles. Sin embargo, la revolución se queda en nada si tenemos en cuenta que en los títulos de Bemani ya se podía jugar con varios instrumentos a la vez.
Creando música
A finales de los ochenta, y gracias a la escena, se pusieron de moda los trackers, unos secuenciadores que permitían componer música aprovechando los chips de sonido de ordenadores como el Amiga o el Atari ST. Colocando notas, utilizando muestras de sonido, organizando partituras, y ajustando el tempo, hemos disfrutado de numerosos módulos musicales de una calidad asombrosa.
Esta filosofía se ha llevado al mundo de los videojuegos en varias ocasiones, como en el genial “Mario Paint” de Super Nintendo.
Codemasters lanzó varias entregas de “Music” en distintas consolas –incluyendo Game Boy Color–, y fue rebautizado más tarde como “MTV Music Generator”, aunque realmente no sé si podemos considerarlos como “juegos”. Algo parecido pasa con el simpar “Korg DS-10” para Nintendo DS, que emula las capacidades de un sintetizador en la pequeña de Nintendo.
Algo más original fue “Fluid” para PlayStation, un peculiar título que permitía crear música electrónica. Manejando a un delfín podíamos recolectar muestras de sonido que más tarde podían ser usadas en un editor para componer nuestras propias canciones:
Otros juegos
En este repaso por los distintos subgéneros me he dejado varios títulos que son complicados de clasificar. En PlayStation pudimos ver “Vib Ribbon”, un original juego de los creadores de “Parappa” que permitía usar cualquier canción en CD para crear caminos con obstáculos que debíamos recorrer haciendo uso de los botones del pad:
Otro juego con una filosofía similar es “Audiosurf”, un título que podemos encontrar en Steam y que ha tenido una gran acogida por parte de la crítica y los usuarios en general:
“Frequency” y “Amplitude” también usan una nave sobre una pista, y son una especie de precursores de “Guitar Hero” –no en vano están desarrollados por Harmonix–, y como el resto de los títulos que aparecen en este artículo, se entiende mucho mejor con un vídeo que explicándolo con palabras:
Tampoco podemos olvidar títulos como “Mad Maestro!”, los simpáticos “Gitaroo Man”, el original “Daigasso! Band Brothers”, o el reciente “Wii Music”. También destacan por su originalidad “Audition” –un MMO asiático basado en “Dance Dance Revolution”–, o el prometedor “Maestro! Jump in Music”… aunque todos estos juegos merecen un artículo para ellos solos.
Conclusiones
En general, este tipo de títulos son responsables de que más y más gente se acerque al mundo de los videojuegos, sobre todo debido a la popularidad de sagas recientes como “Guitar Hero”, o “Rock Band”. No en vano, y a pesar de ser algo exigentes en dificultades altas, resultan bastante intuitivos y accesibles para el público en general. Sin embargo, siempre es bueno ir más allá, y ver que la oferta es bastante completa, y que no se limita a la recreación de una banda de rock, o al karaoke.
Obviamente, me he dejado muchos juegos en el tintero, pero la gracia es que complementéis el artículo con vuestros comentarios y experiencias. ¿Cuál es vuestro juego musical favorito? ¿Tenéis alguna habilidad sobrehumana con alguno de ellos? No seáis tímidos, y no tengáis miedo de “dar la nota” 😉
Y por cierto…