El Blog de Manu

Japón - Día 8: Kyoto ruta Norte y Palacio Imperial

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De viaje a la antigua capital del país

Esta vez desayunamos algo antes para llegar sin problemas a la estación, y aunque la comida cambió ligeramente, la tónica era similar. Al terminar recogemos las cosas y nos despedimos en la recepción del Ryokan.

Cogemos el Metro hasta Ueno con la línea Ginza y bajamos por la Yamanote hasta la estación de Tokyo. Una vez allí esperamos al tren Hikari, y mientras aprovecho para comprar y hojear la Famitsu de esa semana.

Cuando se acerca la hora subimos al anden y nos metemos en el vagón que nos correspondía. El espacio para dejar las maletas es bastante reducido, aunque “comprimiendo” las cosas cabe casi todo. Poco después aparece la señorita con el carrito para comprar comida y bebida, y después de una hora el revisor comprueba el billete de todos los pasajeros.

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Casi tres horas de viaje pasan cuando por fin llegamos a Kyoto. Al salir por la Hachijo Central Exit vemos un panorama muy distinto al de la actual capital, con edificios más bajos y un ambiente más tranquilo en general.

Preguntamos a un conductor de taxis por el hotel y resulta estar un poco más al oeste… aunque quizás demasiado cerca de la estación.

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Al llegar hay bastante cola en el check-in, y vemos alguna que otra cara conocida del tren. Después de rellenar los datos nos dan la habitación, y comprobamos porqué el Keio Plaza era de 4 estrellas y este de tres. La habitación está más descuidada, y la televisión cuesta ¥1000 al día…

Dejamos las maletas y nos bajamos a la estación para comprar algo de comer. Localizamos una tienda llamada Sizuya que tiene tanto dulces como alimentos salados artesanales, todo exquisito y muy recomendable 😉

En el Metro sacamos el plano y un hombre nos ofrece ayuda. Nos asombra lo pequeño y lo caro que es en comparación con el de Tokyo, ya que un trayecto medio cuesta unos ¥250. Además las instalaciones son algo antiguas, aunque la parte buena es que en menos de media hora puedes llegar a cualquier extremo. Lástima que al haber sólo dos líneas no se cubra mucho terreno, lo que explica que mucha gente coja el autobús.

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Al llegar a Higashiyama nos bajamos y contemplamos la calle antes de girar a la izquierda.

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Después nos encontramos con un Torii gigante, y después de pasar un Museo de Arte y la Biblioteca se llega al Santuario Heian.

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Una vez allí nos sorprende que se iba a celebrar un concierto, así que la vista era algo atípica.

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Después vamos hacia el este, pasando por un paisaje lleno de vegetación y templos, hasta llegar al “Camino de la Filosofía”.

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Dicha senda está dominada por los cerezos, además de tener un pequeño río y unas preciosas casas que no desentonan en absoluto con el ambiente idílico que se podía respirar allí.

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Lástima que cuándo subimos una cuesta hasta el Templo Ginkaku ésta acababa de cerrar. Sin embargo, a la izquierda pudimos ascender a otro pequeño templo.

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Después nos dirigimos a los jardines del Palacio Imperial, por la calle Imadegawa. De camino vemos otro parque, la Universidad y el Templo Chionji. En todo el trayecto las bicicletas invaden las aceras, haciendo prácticamente imposible avanzar en pareja, teniéndolo que hacer en fila india.

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Lástima que cuando llegamos a los jardines era casi de noche, ya que los árboles prometían un bello espectáculo pero la iluminación era escasa. Aún así recorrer el camino de piedras es relajante, y reconforta ver como la policía va vigilando las dependencias del Palacio detenidamente.

Nos cruzamos con pocas personas –casi todo ciclistas o gente corriendo–, y el trayecto es muy agradable, aunque las piernas comienzan a flaquear…

Al salir hacemos unas compras en una tienda de 24 horas –aquí sobre todo había Family Mart y K–, y nos dirigimos hacia el Metro de vuelta al hotel. De camino nos llama la atención esta curiosa estampa, mezcla de la cultura occidental y las costumbres orientales:

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Al salir en nuestra estación y mirar uno de los vagones veo esta curiosa publicidad de un parque de atracciones con ambientación española: “Shima Spain Village”, también conocido como “Parque España”… el mundo es un pañuelo 😉

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