El pasado jueves estuve junto a otros nueve “campuseros” en las oficinas de Futura Networks en Madrid, los organizadores de la famosa Campus Party. Dani nos había invitado para que nos explicaran cómo se organizaba un evento de estas características, y para que los rezagados nos apuntásemos de una vez.

A mi este año me resulta imposible asistir por varios motivos, y es una auténtica pena. En primer lugar, porque según nos estuvo contando Isabel, este año la lista de actividades y conferencias es realmente abrumadora, y si por algún casual teníais una imagen de la party en la que la gente sólo se dedica a jugar y a bajarse cosas, os la podéis ir quitando de la cabeza. Por otra parte, he visto que la gente que asiste es tremendamente abierta, y que el componente social de un evento así, es una de las claves más importantes de su éxito.

Dani también nos habló de su proyecto, los CP Labs, un punto de encuentro para que la Campus Party dure todo el año, que tiene como objetivo impulsar los mejores proyectos tecnológicos. La idea es ayudar a todos los emprendedores de proyectos tecnológicos, aportando recursos y soporte, para que nuestras aspiraciones lleguen a buen puerto. De momento, han creado algunos concursos y retos bastante interesantes, y pronto tendréis noticias por aquí de uno de ellos…

También hicimos una videoconferencia con Colombia, en donde estaban haciendo los últimos preparativos de la Campus Party que se está celebrando esta semana por allí. La verdad es que la organización de un evento de este tipo debe ser una locura… y encima cada año la celebran en más sitios 😉

Después nos enseñaron las instalaciones, incluyendo la espectactular oficina del jefe, las frikadas que había por todos los puestos, y las espectaculares vistas del centro de Madrid desde la terraza de Gran Vía 39.

Para finalizar la visita, echamos unas partidas en el futbolín que habían puesto en medio de la oficina… lo que no sé es cómo pueden trabajar con algo así 😄

La pena es que tenía un compromiso que me impedía quedarme a la cena y al cachondeo que vendría después, pero lo bueno es que me fui charlando con una ex-compañera de trabajo que daba la casualidad que había entrado allí hace unos meses… el mundo a veces es un pañuelo, ¿verdad?