Desde que se anunció en el E3 del 2006, este título prometía ser una de las referencias de los juegos de última generación. El problema es que finalmente, y en mi opinión, se ha quedado en eso: en una promesa. Gráficamente es sorprendente, pero la interacción con lo que nos rodea no tiene ni punto de comparación con la de un “GTA”, y lo más importante: se termina haciendo tedioso y aburrido.

Y es que el juego se basa en repetir una y otra vez una serie de misiones, en varias ciudades antiguas, mientras en el presente –bueno, realmente es el año 2012– se va desarrollando lentamente una trama…

El poder del hype

… ¡un momento!, ¿como que en el presente? A estas alturas creo que no es ningún secreto que el famoso Altaïr Ibn La-Ahad –“Águila que vuela” en árabe–, no es el verdadero protagonista del juego. Ese papel le corresponde a Desmond Miles, un estadounidense descendiente del mítico asesino, que ha sido secuestrado por una misteriosa organización para sacarle información sobre su antepasado a base de una máquina llamada Ánimus, que le permite utilizar su “memoria genética”.

Esta pequeña triquiñuela argumental permite que el juego se divida en pequeños episodios del pasado, que van desvelando poco a poco la historia de Altaïr. De esta manera, tendremos que ir asesinando nueve personajes clave que se encuentran en cuatro ciudades –Jerusalén, Acre, Damasco y Masyaf, aunque esta última sea más bien un pueblo–, y para ello primero tenemos que obtener información espiando, robando objetos importantes y coaccionando a algunos pobres infelices.

Es algo triste, pero el juego que presume ser un nuevo hito es de los más monótonos que se pueden encontrar actualmente. Se podría argumentar que otros juegos consisten en saltar, disparar y cubrirse o dar puñetazos, pero lo realmente importante es que “Assassin’s Creed” se hace repetitivo, a pesar de tener misiones alternativas como subir a atalayas, salvar algunos inocentes o recoger estandartes.

Por lo menos, el sistema de control hace que jugar sea sencillo. Los botones controlan diferentes partes del cuerpo, y los movimientos se dividen en dos perfiles: uno bajo que permite pasar más inadvertido, con acciones lentas y pausadas, y otro rápido en el que podemos correr, atacar y hacer saltos espectaculares. Eso sí, lo que está bastante logrado es el sistema de lucha, que va evolucionando poco a poco a medida que ganamos habilidades, y resulta bastante competente a pesar de utilizar básicamente sólo un par de botones.

Gráficos de última generación

Otra cosa es cierta: “Assassin’s Creed” es un juego que entra por los ojos, al menos al principio. Los modelos de personajes y escenarios tienen un buen nivel, y tanto el protagonista como los enemigos se mueven de forma fluida y bastante realista. Cuando subimos a una atalaya o a alguna construcción elevada, da gusto contemplar el resto de la ciudad, aunque también hay que señalar que hasta la salida del primer parche, el movimiento en estas situaciones era bastante brusco en PlayStation 3.

Lo que se echa de menos, es una mayor interacción con todo lo que vemos. De acuerdo, podemos montar a caballo, nos podemos sentar en los bancos, el protagonista trepa ágilmente por casi todas las estructuras, moverse entre la gente es un arte, y se pueden hacer bastantes filigranas para despistar a nuestros atacantes… pero falta “algo más”. Da la sensación de que todo el sandbox que han creado los chicos de Ubi Soft está tremendamente desaprovechado, y no hay más que echar una partida a otros juegos de este tipo, para darse cuenta de que se podría haber hecho un juego mucho más variado.

Buena ambientación en todos los sentidos

Los diálogos estan doblados perfectamente al castellano, y da gusto ver como se han cuidado tanto las voces de los protagonistas como las de otros personajes que no tienen tanta importancia. En este sentido, cuando vayamos andando por un pueblo de vez en cuando oiremos como hablan de nosotros si hacemos alguna “locura” –aunque también es cierto que siempre suelen decir lo mismo–, o como nos piden ayuda. A medida que vayamos ganando altura, el ruido de la gente se va silenciando poco a poco, hasta mezclarse con el sonido ambiental de la ciudad… o del campo, mientras que viajamos entre una y otra en las primeras horas de juego.

La música tiene la cualidad de no destacar demasiado, y de ganar protagonismo en los momentos justos, haciendo que la experiencia gane muchos enteros en este sentido.

Conclusiones

Es una pena lo que ha ocurrido con este juego. Las expectativas creadas por Jade Raymond y compañía, han hecho que esperásemos una obra de arte, y se ha quedado en una simple “demo técnica” con buenas ideas, y una historia muy interesante por detrás. De hecho, ver como se cruzan las historias del pasado y el “presente” es lo mejor del juego, junto con el trabajo de ambientación de las ciudades de finales del siglo XII.

Mucho me temo que no es una compra obligada estas Navidades, y más habiendo otros juegos del calibre de “Uncharted”, “Call of Duty 4”, “BioShock” o “Super Mario Galaxy” en el mercado. Eso no quita para que sea un título notable, y que gustará especialmente a los amantes de la época medieval y las buenas historias.

Lo mejor:

• La ambientación y la historia, se nota que son lo que más horas se ha llevado en el proyecto.
• La facilidad para realizar los distintos movimientos.
• Un apartado técnico en general es realmente bueno.

Lo peor:

• Es repetitivo y se hace monótono.
• Hay algunos detalles gráficos que no cumplen, como las sombras.
• A veces las cargas se hacen algo pesadas.