El Blog de Manu

25 Años de Spectrum - Compañías: Aventuras AD

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La gesta de Samudio

Aventuras AD

Orígenes

Dinamic apostó desde el principio por el género de las aventuras conversacionales. De hecho, su primer título fue “Yenght”, una aventura que cosechó un relativo éxito en su época.

Al año siguiente Dinamic lanza “Cobra’s Arc”, un juego a caballo entre las aventuras gráficas y las aventuras conversacionales que merece ser probado al menos por su originalidad. Como nota curiosa, tenía una voz que iba narrando los textos que aparecían en pantalla, aunque la calidad no era muy elevada y era casi mejor desconectar el sonido.

Ese mismo año publicaban un juego de Jorge Blecua llamado “Arquímedes XXI”. Aunque el resultado final no es especialmente memorable, podemos pasar un buen rato frente al teclado mientras tratamos de destruir el siniestro ordenador CMP 2 de la base científica Arquímedes.

En 1987 Dinamic se encarga de homenajear a la mayor novela española de todos los tiempos con el juego “Don Quijote”. El resultado fue una aventura bastante compleja pero con una calidad destacable, que sentó las bases de las futuras producciones en este género en nuestro país.

Don Quijote

Ese mismo año, Dinamic publicaba una aventura de Nicolás Lecuona: “Mega-Corp”. Este juego tiene la particularidad de que nosotros no somos directamente el protagonista de la aventura, sino que damos las órdenes a un agente, y al igual que “Don Quijote” y las aventuras posteriores de Dinamic, fue realizado con el “Graphic Adventure Creator” de Incentive Software.

La Guerra de las Vajillas”, lanzada también en 1987, es una de las aventuras más irreverentes y simpáticas que se han podido ver en España, ya que parodia la mítica saga “Star Wars”. Aunque es cierto que la calidad del parser empaña en cierta medida la jugabilidad, el juego engancha bastante, aunque sólo sea por ver qué nueva situación absurda se les ha ocurrido a los creadores, después de ver desfilar personajes como “Obi Juan Que-no-ve” o “Darh Water”.

Los Pájaros de Bangkok” es la primera aventura publicada por Dinamic en 1988, obra de Fabian Escalante. Basada en la novela homónima del fallecido Manuel Vázquez Montalbán, nos metemos en el papel del detective Pepe Carvalho para tratar de salvar a Teresa Marsé, una excompañera sentimental que se ha metido en un lío con narcotraficantes orientales.

Por aquel entonces, Andrés R. Samudio –que tenía una sección en Microhobby desde el número 146–, se acercó a Dinamic para que les publicara una aventura que estaba creando junto a Carlos Marqués. Afortunadamente, esto hizo que Dinamic se animara a crear una empresa filial llamada Aventuras AD –aprovechando el tirón que tenía el nombre Aventuras Dinamic–, dirigida por el propio Andrés, y que se encargaría tanto de crear nuevas aventuras como de portar algunas de las ya existentes a Atari ST.

Professional Adventure Writer

Los primeros hilos que mueve Andrés son los necesarios para importar el “Professional Adventure Writer” ("PAW") de Gilsoft International. Para ello contrata a Tim Gilberts, que también les programa su parser DAAD, el cual utilizarían para realizar todas sus aventuras.

Como demostración de los juegos que se pueden llegar a realizar con el “PAW”, en la revista Microhobby nº189 regalan “Supervivencia (El Firfurcio)”.

Estos son, a grandes rasgos, los comienzos de esta pequeña empresa valenciana, siendo la primera compañía española dedicada en exclusiva al género de las aventuras conversacionales.

Sus juegos

Desgraciadamente, y por diversos motivos, la cantidad de juegos realizados por Aventuras AD no es demasiado elevada, pero se nota que cada uno de ellos está hecho con mucho cariño y dedicación.

La Aventura Original

La Aventura Original” es la versión española de uno de los juegos con más repercusión en la historia de la informática. Programado originalmente por Will Crowther, fue reprogramado posteriormente por Don Woods con el permiso de Crowther en 1976 con el fin de corregir algunos fallos y añadir elementos fantásticos, ya que era un gran fan de la obra de Tolkien. Conocido originalmente como “Colossal Cave Adventure”, se bautizó como “La Aventura Original” cuando llegó a nuestro país de la mano de Aventuras AD.

Este juego de 1988 es bastante fiel al original –se utiliza, por ejemplo, el clásico hechizo “xyzzy”–, y está dividido en dos partes. En la primera tendremos que conseguir abrir la puerta de la cueva, y hacernos con una serie de objetos indispensables para recorrerla. En la segunda tendremos que recoger los catorce tesoros que oculta y conseguir salir con vida, utilizando la magia y nuestra astucia.

Jabato

Jabato” es una genial adaptación del clásico cómic de Víctor Mora y Francisco Darnís. Esta aventura, repleta de situaciones que requerirán de nuestro ingenio, nos pone en el papel de este rebelde hispano que debe evitar que su amada Claudia sea víctima de un ritual egipcio. Para ello debemos recorrer Europa hasta llegar al continente africano con la ayuda de nuestros amigos Taurus y Fideo. Imprescindible.

Cozumel

Con “La Diosa de Cozumel” –lanzado ya en 1990–, Aventuras AD inicia la trilogía de “Ci-U-Than”. Ambientado en el México de principios del pasado siglo, el explorador Doc Monro debe abrirse paso a través de la cultura Maya para desentrañar sus misterios.

Comenzamos totalmente desprovistos de objetos, después de un naufragio, en la isla de Cozumel. Poco a poco tenemos que hacernos con la confianza de los lugareños y nuestra misión es conseguir el equipamiento suficiente para escapar de la isla y adentrarnos en las ruinas de Tulum y Cobá.

Este título fue el elegido por la compañía para adentrarse en el siempre complicado mercado británico. La calidad está fuera de toda duda, y si en 8 bits es genial, en 16 bits –sobre todo en Atari ST, ordenador predilecto de Andrés R. Samudio– es simplemente espectacular.

La Aventura Espacial

Con “La Aventura Espacial” dan una pequeña vuelta de tuerca a lo que venían haciendo hasta ese momento, ya que en vez de teclear las acciones, debemos seleccionarlas de un menú. Al igual que “Cobra’s Arc”, pertenece a un género intermedio entre las aventuras conversacionales y las aventuras gráficas, que iban a ponerse de moda poco después.

La mayor dificultad del juego reside en su vocabulario, ya que los valencianos decidieron inventarse más de cien extraños acrónimos para describir los objetos y escenarios del juego. Si superamos este escollo, podemos disfrutar de un juego bastante curioso en el que debemos valernos de las habilidades de varios personajes para destruir un superordenador que se ha vuelto loco.

Los Templos Sagrados

Los Templos Sagrados” (1991) es la esperada continuación de la trilogía de “Ci-U-Than”. Nos metemos de nuevo en el papel de Doc Monro, y debemos llegar a Chichén Itzá atravesando las ruinas de Cobá y Tulum.

El mayor hándicap de este juego fue encontrarse en el mercado con esa joya llamada “Monkey Island”. Cada vez a menos gente le llamaba la atención el género de las aventuras conversacionales, y era mucho más atractivo jugar a las aventuras gráficas. A pesar de ello, no se le puede negar el mérito a “Los Templos Sagrados”, ya que continuó el éxito de “Cozumel” con un gran nivel.

Chichén Itzá

Chichén Itzá” pone punto y final tanto a la trilogía “Ci-U-Than” como a la propia compañía. Aunque el argumento, repleto de misticismo, es bastante digno, las limitaciones del ya vetusto parser DAAD hacen que el juego no pueda brillar con toda su intensidad. Como era de esperar, pasó por el mercado con más pena que gloria, en un año (1992) en el que muchas de las compañías españolas entonaban su canto del cisne. Adiós, Aventuras AD.

Valoración Personal

Mi contacto con las aventuras conversacionales estuvo ligado al Spectrum y a la Microhobby. Cuando mi hermano compró la revista por primera vez, en ese número venía una demo de “Cozumel”, que exprimí al máximo. Poco después compré la versión completa, a la que siguieron “La Aventura Original”, “Jabato” y todo lo que pude encontrar de ese género. Fue increíble la cantidad de horas que pasé frente al televisor intentando descifrar los numerosos puzzles, encontrando objetos y haciendo mapas anotando los objetos y las salidas que había en cada una de las pantallas.

Aunque en España nunca ha habido tanto nivel como en el Reino Unido en este género, creo que Dinamic y posteriormente Aventuras AD tuvieron un nivel excelente en sus producciones. A todo esto hay que sumar el carisma de Andrés, que supo engancharnos a todos a través de “El Viejo Archivero”, y las impresionantes carátulas que hizo el maestro Luis Royo.

Después del Spectrum

Lamentablemente, la crisis del software español afectó a todas la compañías, y Aventuras AD no fue una excepción. Dinamic no podía pagar a los programadores, y según el propio Andrés, él mismo los pagaba de su bolsillo cuando podía para sacar adelante “Chichén Itzá”.

Sin embargo, el legado que ha dejado aún perdura, ya que paralelamente a la producción de juegos, Juanjo Muñoz fundó con la ayuda de Andrés el Club de Aventuras AD, que editaba un fanzine sobre este peculiar género. Hoy en día el fanzine no existe –así como la compañía que le dio nombre–, pero el club se mantiene en activo y es la comunidad de aficionados a las aventuras más veterana en nuestro país.

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